AlmAislada

Bahia, Brasil / 2014 - 2017

Durante el atardecer en las semanas previas a la Cuaresma, los niños se visten con sábanas gigantes y corren por todo el pueblo para ahuyentar a los espíritus malignos.

"AlmAislada" retrata un profundo estado emocional de nostalgia y melancolía, identificado como saudade. Este término se traduce al anhelo por una ausencia a algo que uno ama y fue inventado por los cuatro millones de esclavos africanos capturados y forzados a la esclavitud, los mismos que conforman hoy la comunidad afro-brasileña en el estado de Bahía, Brasil. Este sentimiento constante de saudade es en realidad una forma poética de extrañar sus tierras y es el mismo motor que mantuvo a su gente viva por tantos siglos llenos de tristeza y tortura durante el periodo de esclavitud. El sentimiento de saudade era tan fuerte que marcó la identidad de una generación completa y se ha transmitido, casi genéticamente, generación tras generación hasta el día de hoy.


Aunque la esclavitud fue abolida en el año 1888, en su segregación, los descendientes africanos mantuvieron vivas sus tradiciones espirituales, uniendo a las comunidades con el único vínculo de compartir una memoria en común. Los esclavos adoraban a sus ancestros africanos en ceremonias que fueron perseguidas violentamente por los evangelizadores portugueses, que lo consideraban magia negra. Creían que si convertían a los esclavos africanos en el cristianismo, estos serían más sumisos en su estado. Como consecuencia, una gran parte de la religión africana sobrevivió a través de su práctica secreta y sincretismo, adaptando sus religiones ancestrales africanas al cristianismo. Pero la conversión fue solo superficial, ya que los esclavos que lograron escapar, construyeron comunidades llamadas Quilombos que existen hasta el día de hoy y mantienen viva su religión, cultura e ideología, conservando la diáspora africana.

Un mosquitero se mueve con el viento y los últimos rayos de sol del día. Las familias que viven en este Quilombo no son legalmente propietarias de la tierra que ellos y sus antepasados africanos esclavizados habitaron tradicionalmente.
Una mujer realiza una celebración religiosa llamada Candomblé, una religión sincrética afrobrasileña que mezcla las tradiciones africanas con el catolicismo, el espiritismo y las creencias indígenas americanas.
Dos caballos pastan en una zona rural conocida como Quilombo, un asentamiento fundado por esclavos de origen africano. Hoy en día, la mayoría de los habitantes de los Quilombos son descendientes de esclavos fugados.
Hermanos juegan en casa junto a una escultura de Yemayá, la deidad femenina del agua de la religión del Candomblé. Yemayá fue a menudo reemplazada por la Virgen María de la Iglesia Católica, debido al sincretismo surgido durante la época de la trata de esclavos. El Candomblé es una religión basado en creencias africanas.
Pétalos rojos yacen en el suelo junto a las raíces del Árbol de la Llama, también conocido como Flamante, que es ampliamente considerado como uno de los árboles tropicales más hermosos del mundo.
Valdimar es un joven afrobrasileño que vive en un Quilombo de bajos recursos. Sus antepasados fueron uno de los muchos africanos capturados y forzados a la esclavitud que habitaban esta comunidad.
Un pozo de agua refleja la entrada de una antigua cueva minera, donde cientos de esclavos africanos murieron buscando oro.
Dos mujeres afrobrasileñas rezan durante una misa diaria ofrecida por una organización sin fines de lucro. Estas mujeres y más familias viven en un edificio abandonado perteneciente al "Movimento dos Sem-Teto" de Salvador.
Una familia afrobrasileña que vive en un Quilombo de bajos recursos ve un programa de televisión. La mayoría de estas comunidades han tenido dificultades para obtener los títulos de propiedad de las tierras que ellos y sus antepasados africanos esclavizados habitaban tradicionalmente.
Los santos cristianos tienen lugar en la religión afrobrasileña debido al sincretismo que surgió durante la trata transatlántica de esclavos.
Chispas de fuego vuelan por el aire durante la noche, de un incendio intencional en un campo abandonado causado por los lugareños para evitar las mordeduras de serpientes venenosas.
Una niña juega sola en un edificio abandonado que alberga a más de veinte familias afrobrasileñas que viven en condiciones precarias.
En el interior de una cueva de extracción de oro se encuentran docenas de esculturas en memoria de los cientos de esclavos africanos que murieron allí en busca de oro durante la época de la trata de esclavos.
Un joven arrea un burro durante la quema de un campo.  
Un hombre asiste a una ceremonia de Candomblé, una tradición religiosa afrobrasileña que se originó entre los africanos esclavizados que fueron traídos de África occidental al Brasil durante la trata de esclavos y que continuaron enseñando su mitología, cultura e idioma.
Una familia que vive en un Quilombo, un asentamiento construido por los esclavos fugados durante la época de la trata de esclavos, prepara una comida de manera tradicional.
Mariana, una niña afrobrasileña, está de pie dentro de una casa abandonada que pronto será reparada y habitada por su familia. Ella vive en un Quilombo de bajos recursos en una zona rural.
Maíz negro seco cuelga de la pared. Debido al aceite de cocina y al humo oscuro del fuego, una gran parte de la casa se está volviendo negra y pegajosa.
Mujeres afrobrasileñas se visten con largas sábanas blancas y se pasean por el pueblo honrando a los que ya no están con nosotros durante la ceremonia de los Ternos das Almas o Grupo de Almas.
Maria Carmozina es la matriarca de la familia y la sacerdote de este terreiro, una casa religiosa donde los rituales y danzas están dedicados a Yemanyá, la diosa del agua de la religión afrobrasileña del Candomblé.