Underland Australia

Coober Pedy, Australia / 2016

Gabriele Gouellain, una inmigrante alemana, espera en la cocina de su casa subterránea a que su marido regrese de la minería. Según el distrito de Coober Pedy, alrededor del 60 por ciento de los residentes son originarios de Europa, habiendo migrado a la zona después de la segunda Guerra Mundial.

Extremas temperaturas azotan el desolado desierto Simpson en Australia. Un hombre camina con una linterna en la cabeza a través de los túneles subterráneos de su casa. Martin Faggetter vive veinticinco metros bajo la ardiente tierra del desierto Australiano, donde ha encontrado ópalo por más de veinte años. Antiguamente su casa solía ser una mina de ópalo, la cual convirtió a punta de pala y explosivos en un cálido hogar; una casa que promete tener bastante dinero en sus paredes. “Tengo mi propio banco, si decido excavar en algún lugar”. Dice Martin Faggetter, minero Inglés.


Coober Pedy proviene del nombre aborigen Australiano Kupa-Piti o Hombre blanco en un agujero, y se ubica en el centro-sur del desierto Australiano, aislado por 850 kilómetros de la ciudad grande más cercana. En los oscuros y refrescantes subsuelos de Coober Pedy, habita una comunidad subterránea, donde la mayoría de sus pobladores va en busca de la gran riqueza del ópalo. Rompiendo con las estructuras sociales y políticas de un pueblo convencional, Coober Pedy te engaña con ser un pueblo fantasma y ausente de habitantes, cuando en realidad sus pobladores se esconden bajo la tierra del árido desierto, en donde durante 100 años han construido sus casas bajo tierra llamadas Dogouts.


Desde 1915 Coober Pedy ha sido explotado para la extracción del ópalo, una de las piedras semipreciosas más valoradas del mundo. Coober Pedy posee más de setenta campos mineros, siendo el área para la extracción de ópalo más grande del mundo. Su población no sobrepasa los 1695 habitantes, provenientes de 45 nacionalidades diferentes, entre ellos inmigrantes, ex prisioneros y veteranos de la segunda guerra mundial, que al haber vivido y construido trincheras de guerra, decidieron rehacer sus antiguas vidas y tomar refugio en casas subterráneas. No obstante, cada año la actividad minera desciende drásticamente. Hay menos mineros trabajando en las campos y los jóvenes no se quieren comprometer a este arduo trabajo físico, debido al inminente riesgo y su inestable ingreso económico.

Camiones, autos y chatarra de vieja maquinaria decoran el paisaje de Coober Pedy, esperando ser usados como repuestos.
A principios de 2016, una inesperada tormenta golpeó a Coober Pedy, trayendo en sólo dos días cerca de la mitad de la cantidad de lluvia que el pueblo recibe en un año. Los mineros se vieron obligados a esperar a que el suelo se secara antes de volver a trabajar.
Una pintura al óleo, que muestra montones de tierra hechos por una máquina minera, cuelga en la pared de una casa subterránea.
Fachada de un dogout; casa subterránea donde la gente vive bajo tierra durante los últimos 100 años.
Joe Rossetto, un inmigrante italiano, vive bajo tierra y dirige un museo subterráneo que alberga su colección privada de piedras, fósiles, ópalos y antigüedades encontradas en el desierto.
Tony Tramaglino, inmigrante Italiano, sueña con tener una lujosa casa y museo en este espacio subterráneo.
Niñas se visten en la habitación de una casa subterránea luego de un día de lluvia.
Inmigrantes Serbios asisten a un servicio dominical en la iglesia ortodoxa subterránea construida en 1993 por la comunidad Serbia.
Vista aérea de los campos mineros. Coober Pedy es el mayor emplazamiento minero de ópalo del mundo.
Costa y Pedro, mineros griegos, están explorando un campo de ópalo. Las temperaturas diurnas extremadamente altas les obligan a trabajar al atardecer.
Un residente busca ópalo durante la noche, dejando una franja púrpura iluminada por una linterna de luz ultravioleta que hace brillar el ópalo en la oscuridad.
El ópalo es una de las gemas más valiosas del mundo. Su precio varía entre 1 y 10 millones de dólares, dependiendo del tipo, color y peso.
Goran Dakovic, minero de la ex Yugoslavia, busca cualquier rastro de ópalo en la pared.
Las máquinas de perforación utilizadas para la prospección y extracción de ópalo crean montones de tierra en la superficie. Se han excavado más de dos millones de pozos para este fin.